A una década de la suspensión del último ferrocarril calichero en Tocopilla

  • Tras el aluvión de agosto de 2015, las líneas ferroviarias quedaron arrasadas y SQM decidió transportar su nitrato vía camiones, poniendo así fin a más de 120 años de historia ligada a este medio de transporte.

Hace una década, precisamente la tarde del domingo 9 de agosto del año 2015, un mortal aluvión golpeó al puerto de Tocopilla. Luego de intensas lluvias que acumularon más de 12,6 mm de agua en solo tres horas, se generó un alud que dejó siete personas fallecidas y más de 15 mil afectados.

Pese a este irreparable daño humano, hubo otro de índole material que puso fin a más de 120 años de historia calichera. Las vías férreas que conectaba al puerto de Tocopilla con la salitrera de Coya Sur, y que era por donde se desplazaban las últimas locomotoras que transportaban el nitrato al puerto, quedaron devastadas.

La empresa SQM, a cargo de estas vías, emitió un comunicado solo dos días después del alud: “Preliminarmente se encontraron algunas zonas dañadas y otras debilitadas, razón por la cual el ferrocarril se encuentra actualmente detenido. Se realizarán los estudios de detalle para determinar los pasos a seguir”.

Se hicieron las investigaciones correspondientes y, más de un año después, el 24 de noviembre de 2016 se dio el veredicto. Rearmar las vías, postación y estaciones que quedaron arrasadas se hacía inviable, y se decantó por el traslado a través de camiones. Con esto, se dio el tiro de gracia al último tren calichero del norte.

Una historia ligada a las vías

Tren sobre puente de SQM en avenida Prat, Tocopilla foto Tocopilla y su historia
Tren sobre puente de SQM en avenida Prat (Tocopilla y su historia)

Hasta hace 10 años, todos los vecinos de Tocopilla escuchaban a diario y al menos tres veces al día, el eco del pitido del ferrocarril. Mucha de esta infraestructura aún se mantiene hoy, aunque en desuso. El más característico es el puente del tren que se encuentra en avenida Prat, en el punto en que conecta el centro con la villa Prat.

Y es que el ferrocarril siempre fue inherente a la cultura tocopillana. El libro “Historia de Tocopilla” del investigador Juan Collado Cerda nos dice que desde 1883 se realizaban gestiones para instalar un ferrocarril que uniera al puerto con las salitreras del cantón de “El Toco”.

Finalmente, Collao explica que “el ferrocarril de Tocopilla al Toco fue construido entre 1888 y 1890. Naturalmente con posterioridad a su inauguración, continuó extendiéndose según las necesidades salitreras”.

Las primeras máquinas comenzaron a transitar entre el puerto y el interior el 15 de noviembre de 1890. “Cuando el ferrocarril entró en funcionamiento, sus líneas tenían una extensión de 50 kilómetros de longitud, de los cuales 27 iban por los cerros y 23 por la pampa. Sin embargo, en 1895 alcanzaba los 88 kilómetros. Antes de completar su primer lustro de vida, la ferrovía había sobrepasado los 100 kilómetros como consecuencia de la explotación de caliche”, consta Collao Cerda en su libro.

Desarrollo

Con el inicio del siglo XX, el ferrocarril de Tocopilla se volvió uno de los ejes económicos del puerto junto con la Casa de Fuerza de Chuquicamata construida en 1915 (esta última a la postre terminaría siendo Electroandina, luego E-CL y actualmente Engie).

El histórico tren calichero (Foto Pablo Moraga).
El histórico tren calichero (Foto Pablo Moraga).

Sobre la importancia del ferrocarril para el puerto, el historiador local Damir Galaz-Mandakovic Fernández explica que “en 1927, este medio de transporte fue pionero en ser electrificado, constituyéndose en uno de los primeros proyectos de electromovilidad vinculados a la minería a nivel mundial. Esta innovación permitió un tránsito más eficiente y menos contaminante, y se mantuvo operativa durante casi nueve décadas”.

También agrega que “a pesar de los daños sufridos por el aluvión del 25 de julio de 1940, el sistema ferroviario eléctrico fue prontamente reparado y continuó funcionando hasta 2015, cuando un nuevo aluvión provocó su colapso definitivo. Paradójicamente, en el contexto actual donde los discursos sobre la transición energética, la descarbonización y la electromovilidad dominan las agendas globales, la empresa SQM —uno de los mayores actores del extractivismo minero en Chile— ha optado por abandonar el uso del ferrocarril eléctrico”.

Final

Pese a que el auge del oro blanco decayó notablemente en comparación a lo que existía a inicios del siglo XX, el ferrocarril mantuvo una actividad incesante transportando nitratos desde la pampa hasta el puerto de Tocopilla. Fue por este motivo por el cual la comuna se le conocía como el “último puerto salitrero”.

Tras el aluvión de agosto de 2015, las vías no se volvieron a reparar. Las locomotoras encargadas del transporte fueron almacenadas en las dependencias de SQM en Tocopilla y María Elena a la espera de ser vendidas o desarmadas y el transporte de nitrato comenzó a realizarse vía camiones.

Damir Galaz-Mandakovic reflexiona al respecto que “en lugar de restaurar esta histórica infraestructura sostenible, SQM ha decidido emplear transporte terrestre basado en combustibles fósiles: diariamente, cerca de 200 camiones diésel descienden desde María Elena hasta Tocopilla para trasladar nitrato”.

En noviembre de 1890 las ruedas del ferrocarril de Tocopilla comenzaron su marcha y en noviembre de 2016 un veredicto, tras investigaciones a raíz del aluvión, las detuvo para siempre. Hoy, a una década de esta suspensión definitiva, aún quedan las viejas líneas ferroviarias retorcidas por el sol y la humedad, las cuales pese a ya no presentar ninguna importancia siguen mostrándose como surcos que marcan los cerros del último puerto salitrero. Las ruedas se detuvieron, pero el caliche sigue bajando.

Tren SQM por el puerto de Tocopilla (Foto Facebook Cazatrenes)
Tren SQM por el puerto de Tocopilla (Foto Facebook Cazatrenes).