El periodista condenado a muerte por publicar la precariedad de las salitreras

  • Juan Mery, director del diario La Nación de Antofagasta, fue detenido y acusado de fomentar el desorden público cuando el norte de Chile vivía la debacle por la crisis del salitre.

En enero de 1919, una serie de revueltas sociales debido a la precariedad laboral que afectaban a los obreros de las oficinas salitreras en las regiones de Antofagasta y Tarapacá, alertaron al entonces gobierno bajo la dirección del presidente Juan Luis Sanfuentes.

obreros del salitre

Para ese entonces, los nocivos efectos económicos tras el fin de la I Guerra Mundial se hacían sentir fuertemente en Chile, país impactado en la línea de flotación de su industria debido a la invención del salitre sintético.

Bajo este contexto, las agitaciones populares por el encarecimiento de sus vidas y el cierre de oficinas salitreras generaron diversas manifestaciones, entre las cuales algunos diarios encendieron los clamores con publicaciones.

Uno de estos fue el extinto diario La Nación de Antofagasta (fundado en 1914), en ese entonces bajo la dirección del periodista Juan Luis Mery.

Ley de seguridad

Durante los primeros meses de 1919, El Mercurio de Antofagasta daba una idea del ambiente imperante en la ciudad.

Por ejemplo, el matutino, en su sección de crónica del 23 de enero, indicaba que “con actividad digna del mayor encomio, la delegación de subsidios de la Junta de Beneficencia sigue disponiendo de todos los elementos del caso, a fin de alivianar la situación de los obreros desocupados. Para realizar este propósito ha debido vencer innumerables dificultades, y la más ingrata ha sido y es atender a centenares de individuos que acuden en busca de alimentos a la olla popular, y que exceden el número de los inscritos”.

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En esta edición apareció la «liga patriótica» | C. Castro

Por este motivo se generaron diversas manifestaciones en Antofagasta, las cuales resultaron en grandes desmanes debido a las llamadas “ligas patrióticas”, que eran una especie de movimientos paramilitares que intentaban mantener el orden entre la población.

De hecho, una referencia a estos grupos aparece en una publicación del Mercurio bajo el subtítulo de “La Liga Patriótica”, del 27 de enero de 1919, donde estipula que “en su última sesión esta Liga acordó lanzar un manifiesto en que expondrá su labor eminentemente pacífica y patriótica, y la tarea que se ha impuesto para mantener el orden”.

Es en este punto donde se le acusa a estas ligas la intervención violenta y destrucción de las imprentas de los diarios La Nación de Antofagasta y también El Socialista, dirigido por Luis Emilio Recabarren. Los desórdenes finalmente llevaron a que el 7 de febrero de ese año se decretase el Estado de Sitio para las provincias de Iquique y Antofagasta “por el tiempo que se estime conveniente”. Es en esta situación donde se generan los hechos en las cuales nuestro protagonista fue apremiado y puesto en prisión.

Acusación

Don Caliche realizó una exhaustiva búsqueda sobre datos de Mery, pero los relatos hallados sobre su vida solo se remiten a su condena a muerte y una breve alusión a su nombre hecho por el intelectual y diputado Malaquías Concha en 1919 ante el Congreso para evitar su ejecución.

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En el libro “La Prensa en la Historia de de la Región de Antofagasta”, del investigador Isidro Morales Castillo (ediciones PROA, 2006), da cuenta de cómo una publicación denunciando las precariedades laborales de los obreros en las salitreras, pusieron a las autoridades en son de alerta ante el diario La Nación, dirigida por el susodicho.

La Nación de Antofagasta había publicado previo a enero de 1919 que la condición de vida de los trabajadores del salitre era precaria por “salarios sumamente bajos (e) insuficientes para hacer frente a los precios elevados de los principales productos de consumo; viviendas insalubres para empleados y obreros; monopolio del negocio de las pulperías, con el agregado de la prohibición ilegal del comercio libre; alcoholismo, libre y desenfrenado en pulperías y fondas”, entre otras.

Estos fueron motivos suficientes para que el ministro del Interior de la época, Armando Quezada Acharán, aplicara leyes de control sobre las manifestaciones de la población, dentro de las cuales (según publicaciones posteriores) estaría la responsabilidad de mandatar la destrucción de las imprentas del diario La Nación de Antofagasta, y al encarcelamiento y enjuiciamiento de su director, el periodista Juan Luis Mery.

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«…únicamente en previsión de los disturbios…» | Foto: C. Castro.

El citado libro de Isidro Morales Castillo relata que “ese mismo día el Gobierno presentó un proyecto de ley pidiendo la declaración de Estado de Sitio en el Norte, debido a las informaciones sobre subversión en la zona, petición aprobada por el Congreso Nacional el 4 de febrero del mismo año. La autoridad militar condenó a muerte al director de La Nación de Antofagasta, Juan Luis Mery”.

Relegado

Este juicio fue protestado en una sesión en el Congreso por el diputado Malaquías Concha en febrero de 1919. En la intervención (registrado en la página 7 del folio “Sesión 64 extraordinaria en 6 de febrero de 1919), Malaquías declama que “con manifiesta violación de nuestra carta fundamental por insidias mal intencionadas sugeridas al comandante general de esta plaza, general Víctor Rojas Arancibia, se ha reducido arbitrariamente a prisión desde el día 28 de enero a Luis Mery, periodista”.

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Tras una extensa intervención, Concha concluye con “espero pues, que el señor Ministro del Interior habrá de tomar en cuenta estas observaciones, y de poner inmediato término a estos abusos y prisiones arbitrarias de personas que no están sometidas a la justicia criminal, sino que se encuentran presas en cuarteles militares sin antecedentes ni motivo alguno que les justifique”.

Finalmente, la pena a muerte fue fue conmutada por relegación a Lautaro (comuna de la región de la Araucanía) debido a la intervención de Malaquías Concha. Fueron relegados también a la misma localidad y a Traiguén los dirigentes Luis Emilio Recabarren, Mariano Rivas, Oscar Shanks y Arturo Simpson”.

La Nación de Antofagasta finalmente cesó su existencia el 6 de febrero de 1920, al publicar la edición número 1.754. La prensa rotativa ‘Walter Scott’ en que se imprimía este periódico fue posteriormente utilizada por El Mercurio de Antofagasta, el diario La Hora en Santiago y finalmente fue adquirida por la Empresa Zig-Zag.


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